Argentina supone un importante lugar como país ganadero.
Las extensas praderas y el clima favorecen el desarrollo ganadero. Esta
actividad se concentra principalmente en la región de La Pampa, el Noreste,
Patagonia, Noroeste y Cuyo, aunque estos cuatro últimos en menor proporción.
Argentina ocupa el quinto lugar en el mundo en
cuanto al número de cabezas de ganado bovino, como productora de carne y para
la leche. Sin embargo, en los últimos años se ha intensificado lo llamado feed
lot (práctica de engorde en establos con alimentos balanceados).
Dentro de la producción ganadera, el primer lugar
lo ocupa el ganado vacuno, seguido por el ovino (se utiliza para la producción
textil) y el resto involucra el porcino, aves, equinos y caprinos.
El ganado bovino se destina principalmente a la
producción de carnes para abastecer los mercados interno y externo, y en menor
medida para la producción de cueros y grasa. La cría de este ganado cobra
impulso a finales del siglo XIX, ya que han de satisfacer a los países europeos
proporcionando carnes de alta calidad. Años después (década de 1980), la
producción de este ganado disminuyó y se sustituyó por la producción agrícola.
A las explotaciones
dedicadas a la producción lechera se les llama Tambo. Se dedican a vender su
producción a empresas que transforman la leche y comercializan los productos
que obtienen de ella. A mediados de 1970 se produjo una disminución de la
producción de leche lo que llevó a trasformación y nueva
comercialización del sector. Esta transformación no fue del todo positiva, ya
que no todos los productores pudieron cumplir con las exigencias que se pedían.
La apicultura constituye otra actividad
económicamente interesante, pues Argentina se ha convertido en el segundo
exportador mundial de miel.
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